Enrique Oroz

La pintura de Enrique Oroz refleja una violenta cuanto fructífera revaloración de los símbolos de la historia del arte y de la cultura pop. Al artista nacido en 1965 en Ciudad Obregón, Sonora, y residente desde su infancia temprana en Guadalajara, le obsesionan temas fundamentales: el erotismo y la religiosidad, que es tanto como decir que la vitalidad sin freno y el misterio de la muerte son los temas predominantes de su obra. El artista ha expresado, con respecto a su interés en el arte religioso: “lo que hago es reinventar ese tipo de pintura a partir de la historia y del presente, incursionando en un mundo pictórico agotado y generando un nuevo lenguaje, […] tratar de crear una pintura posible, en constante diálogo con la realidad, y de paso sacudir el polvo del espectador en una ciudad como Guadalajara, donde se acostumbra a observar el arte, la pintura, de manera en exceso pasiva”.

De formación preponderantemente autodidacta, Enrique Oroz es un pintor libérrimo cuyas imágenes tienen fuertes reminiscencias de los grandes maestros, así como inserciones desafiantes de íconos de la cultura popular, como señala Rubén Bonet: “atmósferas que remiten al esperpento de Goya combinado con un Warhol de bajo presupuesto y guiños a los aspavientos neoexpresionistas de Pollock”.

Pintor en ascendente demanda, Enrique Oroz ha expuesto su obra en Guadalajara en la Galería de Arte Moderno, el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, la Casa Vallarta, el Ex Convento del Carmen, el Museo Raúl Anguiano y el Instituto Cultural Cabañas, entre otros espacios.